Texto Bíblico: Leer Mateo 6:33; Hechos 20:24; 2 Corintios 5:18,20; 6:1
“Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24).
Aunque es una gran responsabilidad, también es un honor increíble ser usado por Dios. El apóstol Pablo nos dice que Dios “nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Co 5:18); es un privilegio trabajar con Dios y representarlo; estar asociados con Él en la construcción de su reino. Somos sus colaboradores, sus embajadores.
Las misiones impactarán el destino eterno de otras personas, así que es más importante que cualquier trabajo, logro ó meta que se encuentre durante la vida en la tierra. Decirle a otros cómo pueden obtener la vida eterna es lo mejor que podemos hacer por ellos. Misiones es urgencia; bien dijo el Señor Jesucristo: “Me es necesario hacerlas obras del que me envió, mientras dure el día; la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Jn 9:4).
Misiones también da significado a nuestra vida. Si fallamos en cumplir la misión que Dios nos asignó en la tierra, entonces habremos desperdiciado la vida que Él nos dio. Si sólo una persona va al cielo por nuestra causa, nuestra vida habrá hecho una diferencia por la eternidad. Si nos comprometemos a cumplir nuestra misión en la vida, sin importar el costo, experimentaremos la bendición de Dios: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt 6:33).
Dios quiere hallara sus hijos perdidos y ¡qué privilegio es entregarse a Él para encontrarlos!
PARA REFLEXIONAR;
1. ¿Por qué misiones es un privilegio para la iglesia?
2. ¿A quién ha puesto Dios en su vida para que le hable de Jesús?
Tomado de "Devocionario Doctrinal" de W. Chávez, J. Cortázar, F. Hidalgo, C. Martin y G. Chiang
Tomado de "Devocionario Doctrinal" de W. Chávez, J. Cortázar, F. Hidalgo, C. Martin y G. Chiang
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