LA RESPONSABILIDAD DE IR
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8).
La falta de compromiso en nuestras vidas por las misiones delata una falta de cercanía al Señor. La experiencia de Isaías nos enseña que es imposible entrar en la presencia de Dios sin ser conmovido por su corazón misionero.
A lo largo de la historia del pueblo de Dios, quienes han caminado cerca de ÉL siempre han sido movidos a una genuina compasión por los que sufren y agonizan en un mundo de tinieblas. Por tanto, el paso más importante que podemos tomar por las misiones es acercarnos al Dios de las misiones. La transformación que produce Su presencia derretirá nuestros corazones y nos llenará de un espíritu compasivo e inquieto, deseoso de salir a bendecir.
La oración es la herramienta más importante para nuestra misión en el mundo. Debemos orar por:
Oportunidades para testificar y valor para hablar;
Por los que creerán y por la rápida difusión del mensaje;
Por los misioneros y por más obreros.
También debemos enrolarnos en proyectos misioneros. Todos somos llamados a cumplir una misión asignada por Dios en el mundo. Él desea que toda Su iglesia lleve el evangelio completo a todo el mundo. La gran comisión es nuestra comisión y si deseamos vivir una vida significativa, debemos cumplir con nuestra parte.
“El que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará” (Mr 8:35).
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Está Ud. respaldando los proyectos misioneros de su iglesia?
Tomado de "Devocionario Doctrinal" de W. Chávez, J. Cortázar, F. Hidalgo, C. Martin y G. Chiang
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