viernes, 29 de octubre de 2010

MISIONES, TAREA HONROSA Y VIVIFICANTE

Texto Bíblico: Leer Mateo 6:33; Hechos 20:24; 2 Corintios 5:18,20; 6:1

“Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24).

Aunque es una gran responsabilidad, también es un honor increíble ser usado por Dios. El apóstol Pablo nos dice que Dios “nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Co 5:18); es un privilegio trabajar con Dios y representarlo; estar asociados con Él en la construcción de su reino. Somos sus colaboradores, sus embajadores.

Las misiones impactarán el destino eterno de otras personas, así que es más importante que cualquier trabajo, logro ó meta que se encuentre durante la vida en la tierra. Decirle a otros cómo pueden obtener la vida eterna es lo mejor que podemos hacer por ellos. Misiones es urgencia; bien dijo el Señor Jesucristo: “Me es necesario hacerlas obras del que me envió, mientras dure el día; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”  (Jn 9:4).

Misiones también da significado a nuestra vida. Si fallamos en cumplir la misión que Dios nos asignó en la tierra, entonces habremos desperdiciado la vida que Él nos dio. Si sólo una persona va al cielo por nuestra causa, nuestra vida habrá hecho una diferencia por la eternidad. Si nos comprometemos a cumplir nuestra misión en la vida, sin importar el costo, experimentaremos la bendición de Dios: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt 6:33).

Dios quiere hallara sus hijos perdidos y ¡qué privilegio es entregarse a Él para encontrarlos!

PARA REFLEXIONAR;
1. ¿Por qué misiones es un privilegio para la iglesia?

2. ¿A quién ha puesto Dios en su vida para que le hable de Jesús?
Tomado de "Devocionario Doctrinal" de W. Chávez, J. Cortázar, F. Hidalgo, C. Martin y G. Chiang

jueves, 21 de octubre de 2010

ACEPTANDO EL RETO DE LAS MISIONES




Patrick, nació ciego y sin movilidad en sus piernas, pero está desarrollando una vida tan activa como muchos otros, la pregunta seria ¿qué lo lleva a poder desarrollar todo esto?. Creo que podemos encontrar varias cosas.

·         Aprendió el contentamiento sin importarle las circunstancias por las que está pasando.

·         Tiene un padre que siempre está con él.

·         Su padre le enseña todo.

·         Aprendió a comunicarse con su padre, a depender de él  y sobre todo a disfrutar de su compañía.

La siguiente pregunta sería ¿Qué nos puede llevar a enfrentar los retos de una vida misionera?

·         Al igual que Patrick, aprender a estar contento sea cual sea las circunstancias. La obra misionera tiene sus dificultades y exige en muchas oportunidades sacrificio e incomodidades, pero si aprendemos a estar contentos en medio de estas circunstancias creo que tenemos una parte de la batalla ganada, el Apóstol Pablo dice que él también aprendió a vivir en contentamiento. No lo digo porque tenga escasez,  pues he aprendido a contentarme,  cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente,  y sé tener abundancia;  en todo y por todo estoy enseñado,  así para estar saciado como para tener hambre,  así para tener abundancia como para padecer necesidad.” Flp 4:11 -12, la pregunta personal sería ¿estamos nosotros aprendiendo a vivir en contentamiento?

·         Nosotros también tenemos un Padre Celestial que está todo el tiempo con nosotros y nos ha dado su propio Espíritu, con todo su Poder y nos permite emprender en Él las obras más retadoras “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,  sino de poder,  de amor y de dominio propio.” 2Ti 1:7
 
·         Cada uno de nosotros tenemos el Espíritu de Dios, que en todo momento nos enseña las cosas que debemos de hacer “Mas el Consolador,  el Espíritu Santo,  a quien el Padre enviará en mi nombre,  él os enseñará todas las cosas,  y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Jua 14:26 y si le pedimos Sabiduría Él no da toda la que necesitamos para hacer las obras conforme a su Voluntad. Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,  pídala a Dios,  el cual da a todos abundantemente y sin reproche,  y le será dada.” Stg 1:5 

Si queremos emprender las obras más retadoras o enfrentar todas las dificultades de la obra misionera, debemos de recordar que nuestro amado Padre nos ha dado ya todas las herramientas para hacer su obra y está en nosotros el aprender a comunicarnos diariamente con Él mediante la oración, si fortalecemos nuestra comunicación con nuestro Padre comenzaremos a depender de Él y a disfrutar de su compañía.

jueves, 14 de octubre de 2010

LA RESPONSABILIDAD DE IR


LA RESPONSABILIDAD DE IR


“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”  (Isaías 6:8).

La falta de compromiso en nuestras vidas por las misiones delata una falta de cercanía al Señor. La experiencia de Isaías nos enseña que es imposible entrar en la presencia de Dios sin ser conmovido por su corazón misionero.

A lo largo de la historia del pueblo de Dios, quienes han caminado cerca de ÉL siempre han sido movidos a una genuina compasión por los que sufren y agonizan en un mundo de tinieblas. Por tanto, el paso más importante que podemos tomar por las misiones es acercarnos al Dios de las misiones. La transformación que produce Su presencia derretirá nuestros corazones y nos llenará de un espíritu compasivo e inquieto, deseoso de salir a bendecir.

La oración es la herramienta más importante para nuestra misión en el mundo. Debemos orar por:
Oportunidades para testificar y valor para hablar;

Por los que creerán y por la rápida difusión del mensaje;

Por los misioneros y por más obreros.

También debemos enrolarnos en proyectos misioneros. Todos somos llamados a cumplir una misión asignada por Dios en el mundo. Él desea que toda Su iglesia lleve el evangelio completo a todo el mundo. La gran comisión es nuestra comisión y si deseamos vivir una vida significativa, debemos cumplir con nuestra parte.

“El que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará” (Mr 8:35).

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Está Ud. respaldando los proyectos misioneros de su iglesia?

2. ¿Qué obstáculo está permitiendo usted que se levante en el camino de su misión?


Tomado de "Devocionario Doctrinal" de W. Chávez, J. Cortázar, F. Hidalgo, C. Martin y G. Chiang

domingo, 10 de octubre de 2010

CORAZON MISIONERO

"Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía,  profetas y maestros:  Bernabé,  Simón el que se llamaba Niger,  Lucio de CireneManaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca,  y Saulo. Ministrando éstos al Señor,  y ayunando,  dijo el Espíritu Santo:  Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces,  habiendo ayunado y orado,  les impusieron las manos y los despidieron. Ellos,  entonces,  enviados por el Espíritu Santo,  descendieron a Seleucia,  y de allí navegaron a Chipre." Hch 13:1 -4

DIOS SIEMPRE LLEGA EN EL MOMENTO JUSTO

El niño se puso su ropa para el frío y le dijo a su padre,:

“OK, papá, estoy listo”.

Su papá, el Pastor, le dijo, “Listo para qué?”

“Papá, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes.”

El papá respondió, “Hijo, está muy frío afuera y está lloviznando.”

El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, “Pero Papá, la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.”

El Papá contestó, “Hijo yo no voy a ir afuera con este tiempo.”

Con desespero, el niño dijo, “Papá, ¿puedo ir yo solo? Por favor?”

Su padre titubeó por un momento y luego dijo, “Hijo, tú puedes ir. Aquí tienes los volantes, ten cuidado.”

“Gracias papá”

Y con esto, el hijo se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía. 

Después de 2 horas caminando bajo la lluvia, con frío y su último volante, se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien darle el volante, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces él se viró hacia la primera casa que vio,  caminó hasta la puerta del frente, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió. 

Finalmente el niño se volteó para irse, pero algo lo detuvo. El niño se volteó nuevamente hacia la puerta y comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.

Salió una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó:

“Qué puedo hacer por ti, hijo.”

Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo,: 

“Señora, lo siento si la molesté, pero sólo quiero decirle que   .....DIOS REALMENTE LA AMA  y vine para darle mi último volante, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR.”

El niño le dio el volante y se fue.

Ella solo  dijo:

“GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga.”

Bien, el siguiente domingo por la mañana el pastor estaba en el púlpito y cuando comenzó el servicio preguntó:

“Alguien tiene un testimonio ó algo que quiera compartir?”

Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:

“Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, incluso todavía el domingo pasado no era Cristiana.

Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un dia particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón; ese día llegué al final del camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir.

Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello.

Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el sonido fuerte del timbre de la puerta.

Entonces pensé, “Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá”.
Yo esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y luego la persona  comenzó a golpear la puerta con fuerza.

Entonces me pregunté, ¿QUIEN PODRÁ SER?

Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme!

Solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.

Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto.

Su sonrisa, ohhh, nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de querubín:  

“SEÑORA , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.”

“Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí cada palabra del volante.”

Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga.

Ya no las necesitaría más. Como ven … .ahora soy una hija feliz del REY.

Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, yo vine personalmente a decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.'

Todos lloraban en la iglesia. 

El Pastor bajó del pulpito hasta la primera banca del frente, donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó a su hijo en sus brazos y lloró incontrolablemente. 

Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más glorioso.

"Él les dijo: lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios". Lucas 18,27:

El problema con muchos de nosotros es que no creemos que Dios abrirá una ventana y derramara bendiciones que no tendremos lugar para recibirlas.

Él es fiel a su palabra. Dios no puede mentir y sus promesas son seguras.

Autor: anónimo.

LA OBRA MISIONERA ¿OPCIÓN U OBLIGACIÓN?



LA OBRA MISIONERA
¿UNA OPCIÓN O UNA OBLIGACIÓN?

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14).
La iglesia tiene una doble responsabilidad dentro de nuestro  país y en el extranjero. Jesús dijo: “me seréis testigos en Jerusalén... y hasta lo último de la tierra” (Hch 1:8); responsabilidad que no puede ser eludida, particularmente donde el evangelio no ha sido predicado y las iglesias no han sido firmemente establecidas. Marcos 16:20 dice que los primeros cristianos “saliendo, predicaron en todas partes” y Lucas revela que “los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hch 8:4). Por el libro de Hechos sabemos que Jerusalén fue el punto de partida: Felipe fue a Samaría, Pedro fue llamado a ir a Cesárea y Bernabé enviado a Antioquia a supervisar la obra allí.

Pablo, llevado por su pasión misionera, viajó por todo el mundo conocido, pasando naufragios, prisiones, revueltas, hambre y enfermedad. El deseo de alcanzar a otros fuera de su comunidad se dio en las iglesias de Éfeso, Filipos y Roma. La Biblia no intenta dar una historia completa de la iglesia, pero nos revela suficiente sobre el programa de misiones que Dios tenía planeado para su iglesia, el cual bendeciría el Espíritu Santo.

Cuando David Livingstone hablaba a los alumnos de la Universidad de Cambridge, en 1857, dijo lo siguiente: «Por mi parte, nunca ceso de regocijarme porque Dios me haya designado para tal oficio. El pueblo habla del sacrificio que yo he hecho en pasarme tan gran parte de mi vida en el África. ¿Es sacrificio pagar una pequeña parte de la deuda, deuda que nunca podremos liquidar, y que debemos a nuestro Dios? ¿Es sacrificio aquello que trae la bendita recompensa de la salud, el conocimiento de practicar el bien, la paz del espíritu y la viva esperanza de un glorioso destino? ¡No hay tal cosa! Y lo digo con énfasis: No es sacrificio...Nunca hice un sacrificio».

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Por qué misiones no es una opción para la iglesia?
2. ¿Está usted involucrado? ¿De qué manera?

Tomado de "Devocionario Doctrinal" de W. Chávez, J. Cortázar, F. Hidalgo, C. Martin y G. Chiang